Islas Canarias, España.- La ceremonia de corte de listón del universo bajo el agua creado por el ecoescultor británico Jason deCaires, se realizó a 12 metros de profundidad, cerca de la costa Lanzarote, una isla del archipiélago de las Canarias, en España.
El recién inaugurado Museo Atlántico, el primero en su tipo de Europa, está integrado por esculturas humanas de tamaño real, ordenadas en una secuencia de 12 instalaciones, diseñadas con un enfoque conservacionista y el propósito de crear un arrecife articial a gran escala.
El proyecto tardó más de dos años en completarse, pero la consejera de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, María Teresa Lorenzo dice que:
“En su entorno se ha constatado ya un incremento considerable en los índices de generación y abundancia de especies, pues lo frecuentan tiburones ángel, bancos de barracudas, pulpos, esponjas y la raya mariposa”.
El museo, de dos mil quinientos metros cuadrados, es también un atractivo para la práctica del esnórquel y, sobre todo, el buceo.
Algunas touroperadoras ya ofrecen recorridos. Las obras de Jason deCaires son una consecuencia de los efectos de la naturaleza, un cuestionamiento del futuro y un diálogo del hombre con el entorno.
Muchos de los pobladores de Lanzarote participaron en el proyecto del artista al permitirle elaborar un molde de ellos. Los materiales utilizados son respetuosos con el medio ambiente; el cemento tiene un ph neutro que a la vez permite la formación de ora y otros organismos sobre su supercie blanca.
El Rubicón, un conjunto de 35 personas que camina hacia el umbral de una puerta; La balsa de Lampedusa, que representa a unos balseros abandonados a su suerte, y Content, una pareja tomándose una selefie son algunas de las piezas que pueden apreciarse en el fondo del mar.
DeCaires diseñó con anterioridad, dos museos submarinos: uno en México, cerca de Isla Mujeres, y otro en la isla de Granada, que forma parte de las Antillas Menores.
El recién inaugurado Museo Atlántico, el primero en su tipo de Europa, está integrado por esculturas humanas de tamaño real, ordenadas en una secuencia de 12 instalaciones, diseñadas con un enfoque conservacionista y el propósito de crear un arrecife articial a gran escala.
El proyecto tardó más de dos años en completarse, pero la consejera de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, María Teresa Lorenzo dice que:
“En su entorno se ha constatado ya un incremento considerable en los índices de generación y abundancia de especies, pues lo frecuentan tiburones ángel, bancos de barracudas, pulpos, esponjas y la raya mariposa”.
El museo, de dos mil quinientos metros cuadrados, es también un atractivo para la práctica del esnórquel y, sobre todo, el buceo.
Algunas touroperadoras ya ofrecen recorridos. Las obras de Jason deCaires son una consecuencia de los efectos de la naturaleza, un cuestionamiento del futuro y un diálogo del hombre con el entorno.
Muchos de los pobladores de Lanzarote participaron en el proyecto del artista al permitirle elaborar un molde de ellos. Los materiales utilizados son respetuosos con el medio ambiente; el cemento tiene un ph neutro que a la vez permite la formación de ora y otros organismos sobre su supercie blanca.
El Rubicón, un conjunto de 35 personas que camina hacia el umbral de una puerta; La balsa de Lampedusa, que representa a unos balseros abandonados a su suerte, y Content, una pareja tomándose una selefie son algunas de las piezas que pueden apreciarse en el fondo del mar.
DeCaires diseñó con anterioridad, dos museos submarinos: uno en México, cerca de Isla Mujeres, y otro en la isla de Granada, que forma parte de las Antillas Menores.
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